EUROPA
PRESS
21 octubre
2018
¿Debemos
ducharnos todos los días? Pautas para ducharnos correctamente
Las secreciones corporales, sobre todo
en zonas de pliegues, favorecen la colonización de agentes biológicos como
bacterias o hongos que pueden ser fuente de procesos
infecciosos, al margen de producir efectos desagradables como el mal olor.
Además, una imagen estética negativa, provocada por una mala higiene genera a
su vez rechazo personal y social.
Desde la Escuela Cántabra de Salud defienden que ayudar a
las personas que no tienen buenos hábitos de higiene, bien advirtiéndoles de
ello o colaborando en el fomento de los mismos, puede ser importante para una
buena salud en la comunidad. "La higiene personal es un concepto que va
más allá de la limpieza o el aseo. La higiene personal y del entorno es básica
para mejorar la salud", sostienen.
Así, ducharse con regularidad, cortarse las uñas, lavarse
los dientes tres veces al día, las manos con regularidad, procurar una buena
higiene en nuestros pies, afeitarse y depilarse, además de dormir bien, y de
mantener una correcta higiene de nuestra ropa y calzado deben ser habituales en
nuestro día a día.
Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia
(SEMG), el doctor Rafael Sánchez Camacho, miembro del grupo de Dermatología,
explica a Infosalus que no es malo ducharse todos los
días, pero advierte de que lo que no es conveniente es hacerlo con hábitos no
aconsejables.
A su juicio, la frecuencia correcta es la diaria, aunque
todo depende, según precisa, de la actividad laboral, física o deportiva de
cada individuo. "Tras la realización de actividad puede ser necesaria otra
ducha sin enjabonado completo, únicamente en las zonas sucias, como axilas,
genitales, o pies", defiende el especialista.
Es más, sostiene que una ducha correcta debe ser
"rápida", entre 8 y 10 minutos, con agua templada, alrededor de 32º
(30-35), con enjabonado completo 3-4 días por semana y el resto con enjabonado
sólo en las zonas sucias; seguido de un secado sin
friccionar. Además, sostiene que se puede lavar el pelo diariamente según las
necesidades fisiológicas o estéticas de cada uno.
En este sentido, desde la Escuela Cántabra de Salud señalan
que una buena ducha incluye cuerpo y pelo. "Si el cabello se mantiene
limpio, no es necesario lavarlo todos los días, pero el cuerpo genera piel
muerta constantemente y debe ser eliminada para no provocar enfermedades.
Debemos tener especial cuidado en las zonas con pliegues y arrugas y, tras la
ducha, secar bien toda la piel para prevenir la piel seca y agrietada",
añade.
Asimismo, considera que el cabello debe lavarse con mayor o
menor regularidad en función del tipo de pelo, pero se recomienda cepillarlo
antes del lavado para quitar la capa de suciedad más superficial. Además, ve
conveniente cepillar el pelo todos los días y lavar el peine o cepillo con
jabón con frecuencia. Para prevenir la pediculosis, que con frecuencia padecen
los escolares, el peine o cepillo ha de ser de uso individual, aconseja.
Elementos para
ducharnos
Por otro lado, entre los elementos que deben o pueden formar
parte de una ducha diaria, el miembro de la SEMG apunta a las esponjas, son
opcionales, y siempre deben ser de textura suave, "aunque también la
utilización sólo de las manos para el enjabonado y la limpieza sería
suficiente".
En cuanto a los geles y champús, el doctor Camacho indica que los 'syndets' o detergentes sintéticos, cuyo ph
es más bajo que el de los jabones, son los más indicados para la higiene
habitual. Sobre los champús, el doctor considera que
deben ser suaves, con pocas sustancias tensoactivas, excepto en el caso de
tratamientos dermatológicos que requieran del uso de productos específicos.
"Un exceso de
fricción o de enjabonado producirá un deterioro del manto ácido de la piel,
disminuyendo su función protectora sobre la hidratación, evitando la
evaporación del agua de la capa córnea de la epidermis, y sobre la agresión de
agentes externos (infecciosos, tóxicos, físicos)", alerta el especialista
de la SEMG.
Finalmente, ve muy importante tras la ducha aplicar siempre
una loción hidratante para contrarrestar la eliminación del manto ácido de
protección de la piel, manteniendo la hidratación epidérmica.